Artículo originalmente publicado el 15 de marzo de 2015 en Politikon.es
En apenas una semana los andaluces tendrán la oportunidad de votar la composición de un nuevo parlamento autonómico. A pesar de ser unas elecciones sub-estatales, estos comicios comportan un gran interés para medir el grado en que el sistema de partidos español está cambiando. Se trata de las primeras elecciones donde Podemos se enfrenta al examen de las urnas tras aparecer como un partido electoralmente viable a nivel nacional en las europeas de mayo –y en la sucesión de encuestas posteriores. Además, Ciudadanos (C’s) medirá su fuerza electoral en esta nueva fase de crecimiento a nivel nacional que experimenta la formación. Es este post intentaré resumir las encuestas electorales disponibles al respecto, para saber qué indican acerca de los posibles resultados del domingo.
Contexto electoral andaluz
Antes de pasar directamente a ver el panorama que dibujan las encuestas, es preciso dar algunas notas de contexto. Estas son unas elecciones autonómicas, andaluzas y anticipadas. Que sean autonómicas significa que nos encontramos ante unas elecciones con tasas de participación inferiores respecto a las registradas en elecciones generales. Exceptuando las elecciones autonómicas de junio de 1986, las demás han presenciado una tasa de abstención igual o mayor a la de aquellas elecciones generales más próximas en el tiempo. De hecho es fácil comprobar cómo las mayores tasas de participación se han dado cuando los comicios autonómicos coincidían con los generales, en los años 1996, 2004 y 2008. Que sean andaluzas implica que el electorado se sitúa ligeramente más a la izquierda que el conjunto de ciudadanos españoles, así como que existe una notable identificación con el Partido Socialista. Por último, que sean unas elecciones anticipadas es relevante para entender los niveles de conocimiento que obtienen los líderes de los partidos nuevos y de oposición a nivel regional, algunos de ellos designados después de la convocatoria oficial de elecciones (26 de enero).
Para ilustrar los fenómenos citados en el último párrafo, el siguiente par de gráficos puede resultar de ayuda. El primero muestra cómo respondieron los andaluces entrevistados a la pregunta sobre qué partido votarían si hubiera elecciones autonómica (izquierda) o generales (derecha) en ese momento. El porcentaje de entrevistados que irían a votar es menor en el primer caso, y además algunos de ellos lo harían por partidos distintos. Pueden compararse los porcentajes de cada candidatura, pero el segundo gráfico muestra el resultado de forma más directa. En él cada barra representa la diferencia entre el porcentaje de entrevistados que votaría por un partido en autonómicas y el porcentaje que lo haría en generales. Tal diferencia es un saldo electoral (positivo o negativo) que reciben los partidos por tratarse de unas elecciones autonómicas, utilizando las generales como referencia.
Aquí vemos que los dos partidos en el gobierno autonómico tienen un apoyo mayor cuando se trata de elecciones andaluzas. Lo mismo pasa con el PA, previsiblemente por su carácter nacionalista. Podemos se ve marcadamente perjudicado por el terreno de juego: su apoyo en Andalucía para elecciones generales (Congreso de los Diputados) es 4,2 puntos porcentuales mayor. El PP sufre el mismo efecto, aunque con menos intensidad. Como advertencia. Los datos referentes a C’s en estos dos primeros gráficos corresponden a un trabajo de campo realizado en enero, antes de que el partido alcanzara la notoriedad de que goza ahora. Su “saldo autonómico” en Andalucía podría haber cambiado sustancialmente.
Encuestas publicadas
¿Qué resultados cabe esperar según las encuestas de opinión publicadas? El siguiente gráfico muestra una regresión cuadrática del porcentaje de voto atribuido a cada partido para estas elecciones (línea delgada) junto a un intervalo de confianza del 95% (área sombreada; no aparece para C’s ni PA porque taparía a otros partidos). He recogido los distintos valores de estimación de voto que cada encuesta publicada desde las elecciones previas asignaba a los partidos en contienda (representados por puntos). El hecho de que el actual gobierno autonómico no agote la legislatura ha podido influir en el número de encuestas disponibles para agrupar, provocando que la muestra sea menor que cuando las casas de encuestas disponen de mayor tiempo en previsión. En cualquier caso he reunido los datos desde el pasado verano, cuando Podemos ya había debutado en las elecciones al Parlamento Europeo, hasta ahora.
Este gráfico muestra que el escenario andaluz conserva rasgos distintivos respecto a la situación nacional. Lo más característico es que el PSOE recupera la posición de partido mayoritario de la que únicamente ha sido desplazado en las últimas votaciones de 2012 (aunque la derrota no fue tal como para impedir que gobernara en coalición con Izquierda Unida). Además de situarse primero con valores en torno al 36% de los votos (con tendencia creciente), la variación entre encuestas es menor para el PSOE que para sus principales contrincantes.Esto hace más probable que su apoyo electoral termine, efectivamente, en el rango previsto. Por su parte, los apoyos del PP y de Podemos quedan en el 26 y 16% respectivamente, aunque lo más destacable es que presentan una desviación mayor. Esto significa que es menor la certeza que nos dan los datos de las encuestas agregadas sobre el rendimiento electoral de estas dos formaciones.
Continuando con el resto de candidaturas, las encuestas dibujan un reciente y acelerado crecimiento de Ciudadanos en intención de voto. El reto al analizar este partido, al igual que pasa con Podemos, radica en afrontar la estimación de sus valores en intención de voto a partir de las respuestas crudas que dejan las encuestas. O en otras palabras, la cocina. En cualquier caso ahora parece adecuado pensar que sus resultados del día 22 estarán en cercanos al 10% de los votos válidos. La zona baja del gráfico queda reservada a Izquierda Unida, cuyo resultado debería rondar el 6% si no continúa perdiendo apoyo electoral–nótese que ha bajado a la mitad en solo cuatro meses. Por último encontramos a UPyD y el Partido Andalucista, ambos en el entorno del 2% de los votos y aun así con tendencia a la baja. Bien es cierto que la situación del PA es ligeramente peor, pero en ningún caso las encuestas apuntan a que alguno de estos partidos obtenga representación en el parlamento andaluz.
La estimación de resultados electorales precisos no es una tarea sencilla. El gráfico presentado arriba es solo un ejercicio de agrupación sin mayor sofisticación. En cualquier caso, parte del ruido que muestran las encuestas proviene de las propias empresas o instituciones que las llevan a cabo y la fecha en que se realizaron. Por eso, abajo añado otro gráfico donde pueden verse los mismos resultados (porcentajes estimados de los votos que recibirá cada partido) acompañados por el nombre del encuestador y la fecha de publicación del estudio.
Apunte sobre el sistema electoral
La Ley Electoral Andaluza (1/1986) establece un sistema electoral prácticamente igual que el estatal para el Congreso. La barrera electoral es del 3% de los votos válidos en la circunscripción (artículo 18.1.a). Sin embargo, en los últimos comicios de marzo de 2012, el umbral efectivo de acceso al parlamento para las distintas formaciones quedó en un valor que varía dependiendo de la circunscripción a la que estemos atendiendo, pero siempre más alto que el 3% legal. Como es previsible, Huelva y Jaén, que son las circunscripciones con menos escaños a repartir (una magnitud de distrito más pequeña) presentan las barreras efectivas más prominentes, en torno al 8%[i]. En el otro extremo, Málaga y Sevilla, las provincias más pobladas y con mayor asignación de escaños, llevan este valor solo hasta el 5%.
Es importante tener en cuenta estos aspectos del sistema electoral cuando la entrada de tantos partidos (IU, UPyD y C’s fundamentalmente) puede quedar condicionada por la severidad de la barrera electoral efectiva de la circunscripción en cuestión. En conclusión, quien esté interesado en la entrada de un partido como UPyD o el Partido Andalucista en el parlamento andaluz, la noche electoral debería atender a los recuentos de Sevilla y Málaga principalmente.
Aserto
En conclusión, las encuestas electorales apuntan a que las elecciones del día 22 serán novedosas por el nivel de fragmentación del voto y el cambio en las preferencias partidistas de los andaluces. Al mismo tiempo, existen tendencias que se mantienen como el atractivo electoral del PSOE en la arena autonómica. Dentro de unos días podremos evaluar estas estimaciones y comenzar a discernir con qué apoyo parlamentario será posible formar el próximo gobierno de la junta.
[1] Solo la Encuesta General de Opinión Pública de Andalucía (EGOPA) realizada por el CADPEA ofrece esta información para estas elecciones. Por eso, a pesar de contar con un trabajo de campo realizado en el mes de enero, utilizo aquí sus datos.
[2] Las barreras electorales efectivas de las ocho circunscripciones en 2012 fueron: para Jaén el 8,2%, para Huelva el 7,7%, para Almería el 7,1%, para Córdoba el 6,7%, para Granada el 6,6%, para Cádiz el 5,8%, para Málaga el 5%, y para Sevilla el 4,8%.